- 04-11-2012
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- Cómo motivar sin aumento de sueldo
Conseguir una plantilla satisfecha no cuesta mucho dinero. Las empresas están aprendiendo que el ingenio y la iniciativa pueden dar mejores resultado que un incremento salarial para aumentar el rendimiento de sus empleados. Entusiasmar a coste cero es posible.
Stanislas de Saint Louvent, directora general de Soluciones de Motivación pensó que para empezar a trabajar tenía que conocer a los trabajadores, saber cuáles eran sus inquietudes y, sólo entonces, introducir mejoras en la gestión. La motivación es el encuentro entre las necesidades personales y los objetivos empresariales. Hay que crear esta comunicación para llegar a un punto de encuentro.
La motivación es un factor que debe mantenerse en unos niveles razonables. Su ausencia es sinónimo de apatía productiva, extremo que puede situar a las puertas de la UVI a cualquier organización.
Otro de los factores que hacen que los programas de motivación funcionen es que deben tocar la fibra sensible del empleado. Cada vez hay que tener más en cuenta los aspectos relacionados con la compensación emocional y que tienen que ver con la finalidad de lo que hace la organización, con que se perciba el resultado de lo que hacen. En definitiva, que los profesionales sientan que son considerados personas más que trabajadores.
La gestión del compromiso debe ser un proceso continuo y gradual, con pequeños cambios bien identificados e implantados. Si una persona está comprometida, es más probable que esté motivada. Conviene, por tanto, no bajar la guardia porque, el compromiso es un proyecto laboral con un equipo. Hace que las personas estén en la organización porque “quieren estar” y no porque “tienen que estar”.
Pistas que pueden ser útiles para cocinar un buen programa de motivación:
– Sentido y propósito: las personas necesitan entender para qué sirve su trabajo y cómo contribuyen a los resultados globales. La mayoría sabe qué tiene que hacer pero pocas porqué y para qué, cuál es su propósito.
– Pertenencia: el ser humano es un ser social. No hay nada peor que sentirnos excluidos, sentir que no se cuenta con nosotros. Debemos sentirnos “parte de”.
– Confianza: “Puedo conseguirlo”. No sólo necesitamos sentir que podemos, tenemos que sentir esa confianza en nuestros jefes, en la organización.