• MALAS PRÁCTICAS QUE DEBES EVITAR A LA HORA DE FINANCIAR TU EMPRESA

¿Cómo actuar para frenar los errores en la financiación de tu empresa? ¿Qué hacer para salvar tu liquidez? Son preguntas que nos hacemos con frecuencia, sobre todo, cuando llega el momento de renovar nuestras pólizas de crédito, o nos llega un pagaré y tenemos la línea llena temiendo no tener liquidez para pagar el trimestre de IVA…

Los empresarios sufrimos con frecuencia estas situaciones y tenemos que saber cómo afrontarlas para garantizar la continuidad de nuestro negocio.

Analizamos los 4 errores más frecuentes, intentando buscar una solución:

 

1º error – Pólizas de crédito dispuestas al máximo:

¿Quién no ha tenido que “aceptar” la propuesta del director de la sucursal de reconducir a préstamo una póliza de crédito? Los costes financieros de esta práctica son muy elevados y ponen a nuestra empresa en manos de los gestores de riesgos de las entidades. Adicionalmente es una de las malas prácticas más turbadoras y que más sueño quita a los pequeños empresarios cuando se acerca el momento de renovación de la póliza:

-Si nos la renuevan, respiramos tranquilos y aplazamos el problema un año más.

-Si nos la reconducen a préstamo, pueden “fastidiarnos” nuestra tesorería.

– Si no conseguimos nada, es la temida “parálisis del corto plazo”, que puede derivar en un colapso total de la financiación de la empresa y, en los casos más graves, el fin de la empresa por asfixia financiera.

 

¿Qué hacer?

1-Disciplina y control férreo del presupuesto de tesorería.

2-Basta de financiar GASTOS FIJOS con las pólizas.

3-Basta de financiar INVERSIONES A LARGO con las pólizas.

 

2º error- Líneas de descuento “de toda la vida”:

El acto de recibir un pagaré y descontarlo es algo sistemático. Es lo habitual. A nadie le gusta hacer de banco de sus clientes, es una práctica cara y peligrosa ya que respondemos del impago de los efectos descontados. Ponemos en manos de otra empresa la financiación de la nuestra. Podemos vernos en la tesitura de no haber cobrado y tener al banco reclamándonos el importe del pagaré descontado y con la “alegría adicional” de estar incluido en el RAI.

 

¿Qué hacer?

1- Negociar constantemente la forma de pago de nuestros clientes.

2- Conseguir liquidez propia para aguantar una cantidad razonable de pagarés “en el cajón”.

3- Si el anterior punto falla, intentar transformar la línea de descuento en una póliza de crédito. De los posibles impagos de los clientes tendremos que hacernos cargo, pero, al menos, estaremos libres de incidencias en el RAI y gastos de devolución/reclamación.

 

3º error- Préstamos a corto para inversiones a largo plazo:

Aunque en un momento dado tengamos fondos suficientes para comprar un coche con un préstamo a un año, debemos pensar que las circunstancias de nuestra empresa pueden cambiar y será preferible tener las inversiones correctamente financiadas para evitar “ahogos” en el corto plazo.

Haz siempre un ejercicio de imaginación: ¿Cuánto tiempo estará proporcionándome ingresos esta inversión que quiero realizar?

La respuesta a esa sencilla pregunta es el número de años que debe durar la financiación que pidas para financiar la inversión.

4º error- Préstamos a largo plazo para financiación extra

¿Una inundación en el almacén? ¿Un impago de un cliente? ¿Una indemnización a un trabajador? ¿Un colchón de liquidez? En la empresa siempre habrá sucesos que trastoquen nuestra tesorería en mayor o menor medida y nos “obliguen” a pedir financiación extra.

 

¿Qué hacer?

1- Asegura tu empresa. Una póliza de seguros adecuada puede ahorrarte enormes gastos frente a imprevistos, desde el incendio de tu almacén hasta el impago de un cliente.

2- No cambies una deuda por otra. Los proveedores no nos suelen cobrar intereses ni nos pueden incluir en el ASNEF si nos retrasamos tres cuotas. Antes de pensar en un banco, piensa en negociar con tus proveedores, con la Seguridad Social, con Hacienda,…

3- Si tus gastos aumentan o aparece un gasto nuevo, cuantioso e inesperado, obtén la financiación necesaria a través del mercado. La mejor fuente financiera para nuestra empresa son los clientes. Busca estrategias de venta que te permitan obtener mayores ingresos o ingresos nuevos. Es mejor aumentar tu facturación que aumentar tu endeudamiento.

4- La tesorería debe provenir del corto plazo. La mejor opción es que sea un colchón de liquidez propio, que puedes conseguir negociando plazos de cobro y pagos con clientes y proveedores. Si esta opción te falla, usa una póliza de crédito. Si financias colchones de liquidez a largo plazo, los intereses del colchón no te dejarán dormir plácidamente

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