Muchos nos preguntamos en los tiempos que corren si realmente es algo relevante la gestión de personas en las empresas. Cunde el pesimismo y en los medios de comunicación pueden oírse expresiones del tipo: “algunas multinacionales y grandes empresas despiden a la mitad de la plantilla y hacen un ere”, o bien “es el momento de ahorrar costes al máximo, y hay mucho miedo de invertir”. Sí, esta podría ser una triste fotografía del momento actual.

Lo difícil y lo fácil

Una visión exhaustiva de la realidad de las situaciones que se viven en los lugares de trabajo nos hará darnos cuenta de que:

· Es fácil despedir al personal, pero es difícil encontrar a aquellos que harán que tu negocio se salve.

· Es fácil asignar tareas y dar órdenes, pero es difícil conseguir un ambiente laboral saludable y una mejor de los resultados.

· Es fácil motivar a los empleados ante un nuevo proyecto, pero es difícil mantenerlos en esa ilusión cuando llega el trabajo duro.

· Es fácil dejarse llevar por el pesimismo, pero es difícil comunicarles un mensaje positivo.

· Es fácil desear la confianza y la lealtad de los subordinados, pero es difícil ganárselas.

· Es fácil explicarles la visión estratégica de la empresa, pero es difícil lograr de ellos un compromiso serio para ganar.

· Y sobre todo, es difícil, en los momentos actuales, que los empleados se sientan seguros y rebajen su incertidumbre respecto al futuro en su puesto de trabajo.

Las personas forman parte de la razón de ser del negocio, si invertimos en ellas estaremos invirtiendo en nuestro negocio salvándolo de la fiereza de la crisis. Actuar así es tener previsión y astucia.

Es muy importante la gestión de personas en las empresas, porque sin ellas, no habría empresas.