• El alza selectiva de tributos indirectos compensará la rebaja en Sociedades

Lo perdido por un lado se compensará por otro. La rebaja del Impuesto de Sociedades, una de las medidas estrella de la reforma fiscal que el Gobierno presentará esta semana (o, como tarde, la siguiente), tendrá su compensación, en cuanto a recaudación, por el lado del alza que experimentarán, paralelamente determinados impuestos indirectos (tributos verdes, IVA sanitario, probablemente los especiales…).

De acuerdo con los cálculos más recientes elaborados por el propio Ministerio de Hacienda sobre el impacto de su reforma en los años en que estará en vigor (2015 y 2016), esos incrementos tributarios, «impuestos» por Bruselas en su mayoría según insiste el Ejecutivo, supondrán un incremento de la recaudación de 1.076 millones de euros el año que viene con respecto a 2014 y otros 1.000 millones el siguiente.

En total, se trata de casi 2.100 millones, una cifra muy cercana a los 2.600 millones de descenso de la recaudación que supondrá el aflojamiento de la presión fiscal sobre los beneficios empresariales. En concreto, en lo que a Sociedades concierne, Hacienda estima que ese retroceso se repartirá de la siguiente manera: 607 millones de euros de descenso de la recaudación en 2015 y 2.000 millones en 2016.

Comparativas de esta clase, que demuestran que los cambios que se avecinan no son tan profundos como se esperaban, pueden restar lustre a la reforma fiscal en un momento delicado para el Gobierno, con un revés recién encajado tras las elecciones europeas y con unos comicios de mayor calado (generales y autonómicos) a las puertas.

El Ejecutivo parece estar tomando conciencia de ello y eso explicaría su afán por transmitir que donde va a echar el resto es en la rebaja del Impuesto sobre la Renta. Hasta hace bien poco, Hacienda, se conformaba con un impacto de la reducción del IRPF que devolviera las cosas a la situación en la que se encontraban en 2012, antes de la subida con la que el presidente Mariano Rajoy inauguró su legislatura.

Con la entrada en vigor de aquel «gravamen complementario» (así se denominó eufemísticamente a la subida de impuestos), Hacienda esperaba engordar la recaudación en 5.000 millones de euros y precisamente de esa misma cuantía (aproximadamente) es la bajada de la recaudación por IRPF que el Ministerio esperaba obtener con su reforma fiscal.

En efecto, de acuerdo con la estimación todavía oficial, lo previsto era una reducción de lo ingresado por el fisco de las personas físicas de 2.485 millones de euros en 2015 con respecto a 2014 y de 2.291 millones en 2016 en relación a 2015.

Sacar más pecho

Muy recientemente, sin embargo, Hacienda ha filtrado que está dispuesta a sacar más pecho ante los ciudadanos, hasta el punto de que ha hecho un guiño (sin todavía confirmarlo de forma oficial) que indica la voluntad de que el efecto definitivo de la disminución del IRPF será finalmente mayor de lo esperado, de 7.000 millones, sumando lo que acontecerá en 2015 y en 2016.

Del mismo modo, el Ejecutivo continúa creando expectación con respecto a los cambios que planea para el Impuesto sobre la Renta asegurando que serán 12 millones de personas las que se beneficiarán del descenso de la carga tributaria, en especial en las clases medias y bajas.

También mantiene el argumento de que la reducción de tramos en esta figura impositiva, de los siete actuales a cinco, no afectará a la progresividad del impuesto, un efecto que podría temerse en la medida en que el gravamen no será tan sensible a la hora de discriminar entre el nivel de renta que tienen los contribuyentes. Para mantener esa posición, en Hacienda resaltan que también se va a ampliar la base mínima para quedar completamente exento de hacer la declaración de la renta.

En comparación, de los cambios en el Impuesto de Sociedades se espera un menor impacto y lo cierto es que los detalles filtrados en las últimas semanas no han aportado demasiado. Así, el anuncio del presidente Mariano Rajoy este mes de la reducción del tipo máximo de este tributo del 30 por ciento a 25 puntos porcentuales venía siendo barajado en los diseños menos maduros de la reforma fiscal.

Un tipo solamente testimonial

Ya entonces era vox populi que no se podía esperar un gran impacto de esa iniciativa, ya que el 30 por ciento lleva años siendo puramente testimonial y hasta sus suspuestos destinatarios, las grandes empresas, cuentan desde hace tiempo con herramientas más que suficientes para esquivarlo.

Sobre la segunda pata de los gravámenes que recaen sobre los beneficios empresariales, la eliminación de deducciones, apenas se sabe todavía nada, más allá de lo que no se va a hacer, que fundamentalmente consiste en dejar tranquilas las deducciones por inversión en Investigación y Desarrollo.

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